domingo, 15 de noviembre de 2009

Complejo

No hace falta más que una pregunta con dejos despectivos para que mi humor cambie y, todo lo que pensaba, deje de ser una buena opción.
Bronca.
Bronca e impotencia al sentir que frente a sus palabras no se puede retrucar nada. Y aunque no se oponga a que haga lo que quiero hacer, ya no voy a hacerlo con el mismo entuciasmo que en un comienzo.
No es justo ser tan... psicológico.

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